domingo, 3 de abril de 2016

ODISEA EN AMÉRICA (EPISODIO #120)


Se oían ruidos de pisadas, aquellos seres iban y venían en el puente para sumirnos en una profunda desesperanza. Estaba asustado. Sofía también, parecía un fantasma. El caballo sólo atinaba a sacudir patadas. Para nuestra calma no relinchaba. Aquellas cosas revoltosas perturbaban. Mis piernas se aflojaban. Estábamos indefensos, desarmados, en una pampa tomada por criaturas extrañas. Los peces seguían emergiendo. El panorama desolaba. Nos volteábamos hacia el mismo lado, el izquierdo, una sombra misteriosa comenzaba a ennegrecer la tierra, a unos veinte metros de nuestras piernas trémulas. El sol brillaba, sin embargo aquella sombra espeluznante avanzaba cual incendio desaforado, arrasando con todo. El pasto se chamuscaba. Inmediatamente se convertía en polvo. La sombra aciaga no se detenía. ¡Viracocha!, seguían voceando como locos. No quería que mis cenizas descansaran a la vera del arroyo. Temiendo algo trágico, nos tomábamos de las manos.