sábado, 23 de abril de 2016

ODISEA EN AMÉRICA (EPISODIO #130)


La sombra nefasta seguía avanzando y nosotros girábamos, viendo como el niño indio se paraba sobre unos yuyos con los brazos en alto. Increíblemente la estaba desafiando. Tanto era así que la sombra nos rodeaba, formando un círculo en el cual estábamos nosotros. El indiecito tenía poderes mágicos. No bajaba los brazos, como si hacerlo nos mantuviera a salvo. Me sentía mareado. La frente de Sofía descansaba en mi hombro izquierdo. Se había desmayado. Es que Ringo no cesaba de dar vueltas como un trompo.