domingo, 10 de abril de 2016

ODISEA EN AMÉRICA (EPISODIO #122)


La sombra maldita no claudicaba en sus ambiciones nefastas, destruyendo todo a su paso macabro. Nos habíamos distanciado unos doscientos metros pero aquella cosa no admitía la derrota. El verde del pasto se ennegrecía con una ligereza espeluznante. Para nuestro bienestar el caballo no se fatigaba. Probablemente estaba más asustado que nosotros. Tenía la espantosa sensación de que un tornado demoledor seguía nuestros movimientos, ansiando aniquilarnos. Los alambrados volaban como pájaros. Voltear la cabeza te dejaba sin aliento. ¿Dónde estaba Erchudichu? Su paradero era un misterio. Urgía escapar de esa sombra espantosa. Nuestro pájaro tecnológico podía volar bien alto y estaba a salvo. Esquivando obstáculos, nos dirigíamos a una figura extraña en una zona de la pampa donde no había nada, apenas una gramilla que más que pasto parecía el alfombrado de una sala.